sábado, 11 de abril de 2009

Día Cinco

El viernes fue el día en el que nos tocaba salir de Dallas. Ahora sí aplicó la de "todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar". Cómo la ven, metimos un departamento en una camioneta. Había dos cosas que tenía ganas de hacer en Dallas pero ya no pude: Ir al museo de donde mataron a Kennedy e ir a ver a Tutankamon.
Como todo iba lleno, (luego subo la foto para que se asusten) mi papá mi hermano y yo nos fuimos como sardinas en el asiento de adelante. El camino fue bastante ameno, compré un ticket de lotería pero no me la gané. Compré un Milky Way y me empalagué a la mitad. Entre todo el mueblerío encontré una especie de capsula vacía en la que metí 6 cajas llenas de PopTarts para contrabandear a México.
Las cosas dicen mucho de las personas. Mi celular, por ejemplo. Está dentro de una fundita de PlayStation que nos regalaron, por lo que pueden deducir que me gustan los videojuegos. El pobre celular ya está todo rayado así que no les costará mucho trabajo adivinar que no soy muy cuidadosa con las cosas. Los botones ya se están borrando por el uso así que uso mucho mi teléfono y cosas así. Ahora imagínense lo que pueden decir tus muebles. Cada mueble tiene una historia y aunque nos guste pensar que no somos muy aferrados a las posesiones materiales depositamos parte de nosotros en ellos. Transportar la mudanza no es solamente llevarse piezas de madera, es un fragmento de una vida.
Así pues recorrimos el estado de Texas. Usamos un nuevo camino que no habíamos utilizado antes, el puente Colombia. La cruzada fue súper rápida y sin trabas. Del otro lado de la frontera, en suelo mexicano adivinen qué encontramos... El ejército. Ya saben, preguntas como: ¿De dónde vienen? ¿A dónde van? Abra la cajuela.
Todo salió muy bien, para ese entonces ya estaba medio oscuro así que nos recomendaron buscar un hotel en Nuevo Laredo porque la carretera se pone peligrosa de noche. Según hay carros que se te dan el cerrón y ya que te frenas te asaltan. Como todo esto nos dió cus cus buscamos un Fiesta Inn para quedarnos.
Fue cuando íbamos de camino al hotel que las conocí: Mariposas Suicidas. Como ya mencioné, estaba oscuro así que mi padre prendió los reflectores. Estos me perimitieron ver una cantidad impresionante de partículas que flotaban en el aire para estamparse con nuestro parabrisas. Al analizar la mancha de consistencia babosa que estaba en el vidrio llegue a la conclusion de que estábamos cometiendo un bichocidio.
Las mariposas con alas blancas aparecían en grandes cantidades para morir en un instante, lo que me hacía preguntarme por qué no se quitaban del camino, es casi como si no conocieran el peligro que representan los automóbiles.
Haciendo referencia a la metáfora del automobil de ayer me dí cuenta que parecía como si las mariposas trataran de detener la camineta, pero todos sus intentos fueran vanos, sus vidas eran también vanas.
Una vida no es suficiente para detener un sistema que lleva varios días en la carretera, es irrelevante, es algo que desaparece con el limpia-parabrisas para no volver a ser recordado nunca.
El hotel era un lugar bonito, tenía dos camas, aire acondicionado, baño y un pequeño balcón con vista a la alberca. Si tuviera tiempo podría perderme leyendo en ese lugar. Pero el problema es que ahora sí estábamos en una carrera contra tiempo. Queríamos llegar antes del domingo porque es el día en que todomundo regresa de sus vacaciones y ya se imaginarán el tráfico y los accidentes.

2 comentarios:

The Black book of life by Lucía... dijo...

jaja ay oso cómo te extrañaba, por lo menos sé de tí por lo que escribes así no me pierdo tanto de tí... pronto nos podremos ver diario te amo oso...

Ignacio dijo...

Bear =)

Me encanta cómo encuentras analogías a las cosas... mi favorita, las mariposas tratando de detener un sistema que viene días en carretera.... será que habrás encontrado tu analogía para F=ma ? Me encantan tus textos, deberías considerar abrir un blog de textos permanente =)